Todo lo que vivimos lo guarda el almacén de nuestro cuerpo, ya sean las toxinas o carencias nutricionales debido a una alimentación errónea, así como las actitudes mentales y las emociones inexpresadas. Si alguien, por ejemplo, no libera el enojo sentido por haber perdido algo importante, el libre flujo de energía vital se estanca y nos sentimos tensos, malhumorados, distantes. Si no hacemos algo para entrar en contacto y comprender lo que reprimimos, podemos llegar a creer que el ser así es nuestra personalidad. Lo mismo sucede cuando experimentamos un dolor de estómago y tratamos de quitar el dolor sin prestar atención a la causa que lo provoca. Si bien un dolor de estómago podría indicarnos a nivel corporal que la cafeína o la cantidad de comida que estamos consumiendo es excesiva para la capacidad que tiene el hígado de eliminar residuos tóxicos, también nos habla de una causa un poco más profunda, como el que existe una situación incómoda con la cual nos sentimos amenazados o no digerimos y que, por consiguiente, provoca nuestro consumo excesivo de comida o cafeína o nuestro desgano y falta de apetito.
JUAN DOMINGO ACOSTA
MAESTRO DE REIKI USUI TIBETANO